Cómo proteger nuestros datos personales

¿Por qué quieren nuestros datos?

Conviene extremar las precauciones cuando piden los datos personales, es importante preguntarse si la información sensible estará segura o si existen indicios de fraude digital.

Las finalidades por las que nos solicitan los datos personales pueden ser legítimas, tales como la promoción de productos y empresas reales con actividad comercial normal. O bien, pueden ser ilegítimas, como la suplantación de empresas y marcas de prestigio con el objetivo de engañar al consumidor y estafarlo.

Los datos personales están protegidos si:
  • Se sabe quién pide la información
  • Se nos comunica que se hará con ellas
  • Como propietarios de los datos se nos garantiza poder ejercer los derechos de acceso, rectificación, supresión, oposición, portabilidad, olvido y limitación del tratamiento
Los datos personales están en peligro si:
  • NO se sabe a ciencia cierta a quién llegará la información
  • NO se conoce el objetivo con el que nos los solicitan
  • NO se puede verificar que existan mecanismos establecidos para mantener el control de la información una vez facilitada
Sin embargo, hay que estar siempre alerta porque los datos sensibles pueden correr peligro igualmente si quien los recoge no los trata adecuadamente. Siempre se debe verificar que quien requiere los datos sea realmente quien dice ser.
Existen diversas vías a través de las que buscan obtener las credenciales personales, por SMS, en sitios web o mediante correos electrónicos falsos. Puede ser difícil descubrir las falsificaciones si no se presta atención, pero podemos detectar que estos medios no son fiables si:
  • Contienen errores gramaticales
  • Los enunciados de los productos son inconsistentes
  • Incluyen imágenes pixeladas
  • Los enlaces son inaccesibles
Además, se debe vigilar con las llamadas telefónicas, ya que pueden parecer aparentemente normales, pero en realidad son comunicantes que quieren reemplazar a empresas conocidas.

ABUSOS NO NECESARIAMENTE DELICTIVOS CON LOS QUE HAY QUE VIGILAR

Hay prácticas de recolección de datos que no podemos denunciar, porque no se trata de fraudes ni de vulneraciones flagrantes de la legalidad, pero que conllevan un peligro significativo y por eso no deben admitirse.

Facilitar los datos de contacto a empresas de paquetería

  • Un repartidor que entrega un paquete a un domicilio particular, le atrae la persona destinataria del paquete y se aprovecha de que tiene acceso a su número de teléfono. La contacta más tarde a través de un programa de mensajería y le envía mensajes de carácter sexual no deseados.
  • O bien descubre que el destinatario es una persona de edad avanzada que vive sola en un chalé aislado y la telefonea con el pretexto de una falsa nueva entrega para confirmar en qué momentos la casa está vacía, con el objetivo de poder entrar a robar.

Alguien que se identifica como empleado de una compañía de suministro solicita a través de una llamada telefónica información personal

  • Si no se sabe a ciencia cierta que quien llama es realmente alguien de la compañía, puede que más tarde, alguien utilice aquellos mismos datos. Puede convencer al consumidor de abonar por adelantado el pago de una falsa visita a domicilio para la revisión de la instalación.

Un supuesto proveedor llama a una empresa para preguntar sobre unas facturas pendientes, y se interesa por importes y números de referencia

  • Sin conocer realmente la identidad del comunicante, no existe una garantía de que la información no sirva para cometer un fraude.

Un abonado tiene una incidencia con un servicio y contacta con la empresa que lo ofrece a través de una red social, como Twitter. Para poder atender a la solicitud, la cuenta oficial de la compañía en cuestión requiere el envío de datos personales a través de un mensaje directo

  • El usuario afectado no tiene ninguna garantía de que esa información no acabe en las manos equivocadas, incluso cuando no hay ninguna actuación fraudulenta por parte de nadie.

Rellenar diferentes tipos de formularios en línea

  • Si no se comprueba que la dirección es segura (con el distintivo del candado ante una dirección web que contiene la secuencia HTTPS) no se garantiza que los datos que se envíen sean cifrados y, por tanto, nuestra información personal puede quedar en manos de ciberdelincuentes.

Un sorteo de productos atractivos de grandes marcas que llama la atención

  • No se sabe si se trata de un sorteo real o si tiene detrás a las empresas que quieren hacer creer a los usuarios que lo organizan.

Recibir mensajes de WhatsApp, Twitter, Facebook o Instagram de emisores desconocidos

  • Por ejemplo, con propuestas de trabajo por parte de empresas que dicen que nos quieren contratar.  No se puede saber quién hay en serio detrás de aquella comunicación, y podemos facilitar información sensible.

Des de L’OCUC volem mantenir informats tots els consumidors i usuaris sobre els seus drets. Mantindrem aquesta pàgina actualitzada dia a dia.

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