La purpurina es un microplástico infinitamente presente que está recubierto de metal y colorantes, que contamina el suelo y el agua y pasa fácilmente a la cadena alimentaria.
La Comisión Europea prohibirá la venta de productos a los cuales se hayan añadido intencionadamente microplásticos, como detergentes, cosméticos o juguetes, entre otros, de acuerdo con la legislación comunitaria sobre sustancias químicas (REACH) para evitar la liberación de medio millón de toneladas de estas partículas sintéticas.
El objetivo es reducir en un 30% la presencia de microplásticos antes de 2030.
La restricción abasta todas las partículas de polímeros sintéticos inferiores a cinco milímetros que sean orgánicas, insolubles y resistentes a la degradación con el objetivo de reducir las emisiones de microplásticos intencionales.
Los productos usados en emplazamientos industriales o que no liberen microplásticos durante su uso serán exentos de la prohibición de venta, pero sus fabricantes deberán dar instrucciones sobre cómo usar y eliminar el producto para evitar las emisiones de microplásticos.
Las primeras medidas, como la prohibición de purpurina no adherente, empezarán a aplicarse cuando la restricción entre en vigor. En otros casos, la prohibición de venta se aplicará después de un periodo más largo para dar a las partes afectadas tiempo para desarrollar alternativas.